jueves, abril 18, 2024

Tu salud empieza en el intestino

Hace 2,500 años Hipócrates aseguraba: “Toda enfermedad comienza en el intestino”.

¡Y cuánta razón tenía! Hasta un 90% de todas las enfermedades en el cuerpo pueden deberse a problemas en el tracto gastrointestinal. Este porcentaje me dejó atónita y por ello quise empezar con esa cifra, para ponerte en contexto y que tomes consciencia de la importancia de la salud de tu intestino.

Tu sistema digestivo está íntimamente conectado con lo que ocurre en el resto de tu cuerpo, por lo que mantenerlo saludable, en particular tus intestinos, es clave para volverte más sano e incluso más inteligente ya que nuestra actividad cerebral depende de las bacterias alojadas ahí.

El intestino, ¿un segundo cerebro?

El intestino alberga el sistema nervioso entérico. Estos conductos nerviosos revisten todo el tracto gastrointestinal controlando el flujo sanguíneo y demás secreciones que ayudan a digerir los alimentos.  También registra emociones, como si fuese un pequeño cerebro que aunque no piensa tiene una red neuronal bastante compleja y se comporta como un órgano sensorial que mantiene una incesante comunicación con el cerebro. Esta conexión es tan profunda que hay cientos de estudios que indagan sobre que enfermedades neuronales como Parkinson y depresión tienen su origen en el intestino.

El estrés, por ejemplo, está íntimamente ligado a nuestras tripas. “Sentir mariposas en el estómago” o “Tener un nudo en el vientre” en situaciones estresantes o que nos ponen nerviosos,  no son casualidades.  El cuerpo es incapaz de distinguir entre el estrés físico y el mental por lo que responde de la misma manera si se aparece un oso o si hay una preocupación por entregar un informe. Este constante estado de estrés causa inflamación crónica y con ello muchísimas enfermedades.

La salud del intestino, las bacterias que lo colonizan y la diversidad de las mismas son fundamentales para muchos aspectos de la buena salud. Está científicamente comprobado que afecta nuestro estado de ánimo, metabolismo, inmunidad e incluso nuestra percepción del mundo y la claridad con la que pensamos. Estas bacterias participan en funciones del sistema inmunológico, desintoxicación, inflamación, producción de neurotransmisores, absorción de nutrientes, señales de apetito y satisfacción, hasta el uso y aprovechamiento de carbohidratos y grasas.

¿Y cómo llegaron esas bacterias ahí? ¿Son buenas?

Es una pregunta muy válida, pues normalmente cuando se habla de bacterias en el cuerpo son inmediatamente relacionadas con causantes de enfermedades, pero en realidad siempre hay millones de bacterias dentro de nuestro organismo. Estas bacterias forman nuestro microbioma, un ecosistema interno integral, que es crucial fortaleciendo el sistema inmunológico, manteniendo niveles hormonales equilibrados, el sistema digestivo y el cerebro funcionando. Básicamente requerimos más bacterias “buenas” que “malas” para mantener la salud y el equilibrio dentro del intestino.

Nuestro interior es un verdadero microcosmos.

El microbioma, se define como “comunidad de microbios”, y la gran mayoría de estas especies bacterianas que lo forman viven en nuestros sistemas digestivos y ayudan a regular casi todas las funciones del cuerpo de una u otra manera. Además de bacterias, el microbioma está formado por células humanas, cepas virales, hongos y levaduras. Investigadores han identificado más de 10,000 especies diferentes de microbios que viven en el cuerpo humano. Nuestros microbiomas individuales son como huellas genéticas, son únicos, y ayudan a determinar nuestro ADN, factores hereditarios, predisposición a enfermedades y mucho más.

A lo largo de nuestra vida, nuestro microbioma se va conformando además de adaptarse a las condiciones del entorno: los alimentos que ingerimos, patrones de sueño, la cantidad de bacterias a las que nos exponemos a diario, así como los niveles de estrés a los que nos sometemos.

La pobre salud intestinal está asociada a decenas de enfermedades, entre ellas:

– Enfermedades autoinmunes (artritis, Síndrome de intestino permeable)

– Trastornos de deterioro cognitivo (Alzheimer, demencia, Parkinson)

– Fatiga y dolor en articulaciones

– Cáncer (de mama, de colon, de cerebro, de páncreas, de próstata, de estómago)

– Trastornos del estado de ánimo (depresión, ansiedad)

– Problemas de aprendizaje

– Diabetes, síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares

– Infertilidad y complicaciones del embarazo

– Alergias, asma y sensibilidades

– Eccema y psoriasis

¿Cuáles son los síntomas de desequilibrios en el microbioma?

Algunos de los síntomas que podrías experimentar al no tener una flora intestinal equilibrada son:

– Problemas digestivos frecuentes como hinchazón, gases, diarrea, estreñimiento, reflujo.

– Acné, erupciones cutáneas y otros signos de inflamación en la piel.

– Enfermar de resfriado y otras enfermedades “comunes” con frecuencia.

– Bajos niveles de energía.

– Dolor en articulaciones y músculos sin explicación aparente.

– Infecciones respiratorias, congestión nasal, dificultad para respirar.

Si quieres que tu cuerpo funcione de manera diferente, debes llevar un estilo de vida diferente.

El sobrepeso, la depresión, hasta el autismo están científicamente relacionados a la alimentación deficiente. Un cambio en tus hábitos alimenticios puede alterar la química de tu cuerpo, incluido tu  cerebro. La comida realmente afecta la función del organismo. Hay evidencia científica de que hay un vínculo indisoluble entre el microbioma de una persona, la digestión, el peso corporal y el metabolismo. Y los microbiomas difieren drásticamente dependiendo de la alimentación de cada persona.

Echa un vistazo a los alimentos anti-inflamatorios que beneficiarán a tu intestino.

También reducir tus niveles de estrés apoyará tu salud intestinal. Cuando hay estrés, el cerebro manda al intestino un mensaje de “¡Necesito energía extra!” haciendo que el intestino ralentice sus funciones, hay menos sangre fluyendo hacia él y también menos mucosa recubriendo sus paredes.  Cuando el estrés se presenta de manera habitual la mucosa protectora se hace más fina y se presenta la inflamación del intestino. Y como el intestino y el cerebro están conectados, puedes sentir más estrés, convirtiéndose esto en un círculo vicioso.

Te invito a que adoptes hábitos para lograr un intestino saludable. Recuerda que formando hábitos que apoyen tu salud, podrás obtener cambios permanentes.

Fuentes:

http://expansion.mx/salud/2015/05/07/la-salud-intestinal-clave-para-que-el-cerebro-funcione-mejor

http://www.marthadebayle.com/v3/radiov3/saludv3/nuestro-segundo-cerebro-el-intestino/

NOTA LEGAL

Aún y cuando me encanta ofrecerte esta información, vivimos en una sociedad litigiosa donde es necesario agregar esta nota legal:

Todo el material presentado aquí está pensado en usarse en propósitos educacionales solamente. Las menciones hechas acerca de productos, suplementos o tratamientos no han sido evaluadas por la Administración de drogas y alimentos (FDA). La información presentada aquí no pretende ser usada como tratamiento, cura o prevención de cualquier condición o enfermedad. Por favor, consulta con tu propio doctor antes de hacer cualquier cambio en tu dieta, rutina de ejercicios o estilo de vida. 

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